RELIGION

LA RELIGIÓN DE LOS VIKINGOS ASENTADOS EN CANADÁ


Recientemente se ha demostrado que colon no fue el primer europeo en pisar tierras americanas si no que fueron el antiguo pueblo de los vikingos.
En este apartado pretendo explicar un poco de su complicada religión
Empecemos por lo que ellos entendían por cielo.
Asgard era el cielo donde vivían todos los dioses. Odín tenía poder sobre todos, ya que era el mayor. Poseía muchas dotes y cualidades, pero era ante todo el dios de la guerra. En combate Odín llevaba una cota de malla y un casco de oro, y su lanza daba con todo a lo que la lanzaba. Iba montado en el más veloz de todos los caballos, que tenía ocho patas.
Thor era hijo de Odín. Thor también era un dios guerrero, el más fuerte de todos y el protector de dioses y hombres contra los “jotner” (gigantes) y el mal. El martillo era su principal arma. Cuando Thor surcaba el cielo con su carro, las montañas temblaban, y echaba chispas. Thor era el primer defensor del orden del mundo, y con su enorme fuerza podía combatir fácilmente las fuerzas oscuras y revolucionarias. No conocía la astucia o la sabiduría, pero sí sabía usar el martillo Mjolner. Siempre daba cuando lo arrojaba, e incluso regresaba a su amo.
En varias lenguas europeas se encuentran los nombres de Odín y Thor en los días onsdag (miércoles) y torsdag (jueves).
LOS FUNERALES
Las tumbas son la fuente arqueológica más importante de la época de los vikingos. Las costumbres funerarias vikingas estaban prescritas por Odín, el dios supremo. Él mandaba quemar a todos los muertos y arrojar todas sus pertenencias a la pira. Esta riqueza la llevarían al Valhalla, el reino de los muertos. Las cenizas se llevaban al mar o se inhumaban. Y si se trataba de hombres importantes, la gente debía hacerles un túmulo memorial.
EL VALHALLA
Todos los hombres que morían en combate, se convertían en hijos de Odín. Eran admitidos en el Valhalla, donde Odín todos los días les daba un banquete. No había mayor edificio que el Valhalla: Tenía 640 puertas tan grandes que 960 guerreros podían entrar hombro con hombro por, cada una de las puertas.
Por la mañana, los guerreros se armaban y salían para luchar. Pero los que caían en combate, volvían a levantarse. Por la noche todos eran amigos otra vez, reuniéndose para celebrar en el Valhalla.
En el Valhalla, Odín contaba con unas sirvientas que se llamaban valquirias. Las enviaba a los campos de combate para que eligiesen a los guerreros que habían de caer – y volver al Valhalla. Allí eran recibidos por las valquirias, que les servían cerveza y comida.


La religión de los vikingos les facilitaba un buen apoyo para sus ánimos belicosos.